Cuando era niño mi padre me
contó que había estado en una reunión de corte carismático-pentecostal. De
repente una señora la cual llamaban profeta se levanta a decir con voz fuerte:
“riski riski riski”; después de algunos minutos concluyo con lo que ella
consideraba la interpretación al don de lenguas: “se acaba de accidentar un
taxista”.
Algunos piensan que estas
frases son el don bíblico de lenguas: “Alabacea alabacea”, “Isi siki randa
asa”, “Alabazaya alabazaya”. Pero, ¿Será este un medio de comunicación entre
los hombres y Dios?
Muchos grupos religiosos han
colocado un exagerado énfasis en el don de lenguas, según ellos es la señal de
tener al Espíritu Santo o no. Desde el pulpito sus pastores ordenan desatar
lenguas y sus feligreses empiezan a emitir sonidos místicos como balbuceos,
galimatías o jerigonzas.
En los Estados
Unidos y Canada se han realizado varios estudios de este tipo de balbuceos. El Instituto
Nacional de Salud Mental afirmó que es un fenómeno aprendido e imitado. La
universidad Carleton Convoco 60 personas que nunca habían hablado en lenguas y
después de un breve entrenamiento cada individuo pudo hacerlo por 30 segundos.
La universidad de Pensilvania demostró que hablando estas lenguas las áreas del
lenguaje en el cerebro no se activan por no existir una comunicación.
La palabra “don” proviene
del griego “carisma” y no debe estar limitada solamente a lenguas y sanidades.
En la Biblia “don” también hace referencia a la justificación del pecador Ro.
5:15, al regalo de la vida eterna Ro. 6:23, a tener continencia 1 Co. 7:9 y al
carisma de sufrir tribulaciones por Cristo 2 Co. 1:11. ¿Por qué han olvidado el
don de repartir con liberalidad o presidir con solicitud?
Desde Génesis 11:1 “Tenía
entonces toda la tierra una sola lengua
y unas mismas palabras” hasta Apocalipsis 17:15 “…son
pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas”
la idea es la misma, que las lenguas son idiomas. El diccionario Strong traduce
del griego “glossa” como lenguajes o idiomas.
En pentecostés fue Cristo
quien recibió del Padre la promesa del Espíritu Santo Hch. 2:33. Los discípulos
no conocían muchos idiomas y debían predicar el evangelio a todas las naciones
y para ello era necesario un milagro llamado don de lenguas (idiomas): “partos,
medos, elamitas… árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de
Dios” Hch. 2:9-11. Las lenguas en un total de 15 idiomas, no se produjeron en
oración sino en predicación. Las lenguas eran dialectos comprensibles. Las
lenguas fueron para dar testimonio a los incrédulos y no a creyentes 1 Co.
14:22. En Hechos capítulos 4, 8 y 9 muchos fueron llenos del Espíritu Santo y
no hubo don de lenguas porque no había extranjeros.
La inmadura iglesia de
Corinto necesitaba ser orientada respecto al don de lenguas, los cuales son
idiomas entendibles y siempre interpretables: “Tantas
clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo…” “Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi
entendimiento…” “Y si no hay intérprete, calle en la iglesia” 1 Co. 14.
Las personas creen que la
expresión bíblica “lengua extraña”
aprueba sus balbuceos, pero las últimas versiones de la Biblia solo dejan la
palabra “lenguas” ya que en el
original no aparece la palabra “extraña”.
Otros piensan que sus lenguas son celestiales según 1 Co. 13:1 “Si yo hablase
lenguas humanas y angélicas…”, pero este pasaje debe ser entendido de forma
hipotética, Pablo sugiere que si hasta eso fuera verdad, sin amor no tendría
valor. Además los ángeles en la Biblia siempre se comunicaron en idiomas
humanos Lc. 2:10.
Si te preguntan: ¿hablas en
lenguas?, respondeles: ¿Cuál: Inglés, francés o portugues?; porque las
expresiones “lavalavasija”, “sacalabazuca” y muchas otras no son el don de
lenguas sino balbuceos peligrosos del enemigo. Cuidado, porque puedes estar
hablando lenguas que parecen trabalenguas.