La humanidad ha querido
conocer siempre de anticipado los sitios donde irán a pasar los destinos
finales después de la muerte. Por ejemplo en Nicaragua, en un volcán llamado
Masaya, hay una especie de grieta o fosa que han bautizado como la boca del
infierno, donde se han hecho ritos y sacrificios humanos. Otros sitios como una
caverna en Belice, un volcán en Islandia y un lago de fuego en África, han sido
considerados por nativos como puertas del infierno.
Una moda que no pasa de
moda, son los testimonios de personas que han pasado una temporada vacacional
por el cielo y el infierno, donde sus guías turísticos han sido ángeles,
arcángeles o el mismo Señor Jesús. Algunos adulan entrar en un éxtasis después
de varios días de ayuno, otros en su estado de coma hicieron su tour celestial.
7 jóvenes en Colombia
promocionan su CD y conferencias, donde narran su travesía de 3 horas por el
infierno y 2 horas por el cielo. En
Estados Unidos, Jessi Duplantis por 40 dólares vende su kit (2CD´s, 2DVD´s y 1
libro) donde relata su viaje al cielo y sus encuentros con Dios. Colton Burpo,
un niño norteamericano de 4 años estando en un quirófano fue llevado al cielo
donde conoció a su tatarabuelo; su libro: “El cielo es real”, ha vendido más de
10 millones de copias. La ecuatoriana Angélica Zambrano después de su tercera
experiencia sobrenatural, dice haber jugado con el Espíritu Santo y ver que
Jesús era musculoso. Bill Wiese relata en su libro “23 minutos en el infierno”
su experiencia mística. El listado continúa y todo parece un negocio de
mercadotecnia con el que muchos se lucran.
Todos observan y narran un
infierno y un cielo distinto. Existe mucha incoherencia en sus relatos. ¿Quién
está diciendo la verdad? Ninguno. Las experiencias son engañosas, solo la
Palabra de Dios es fiel.
El apóstol Pablo fue
arrebatado al tercer cielo y no se le permitió contar nada, muy distinto a
estos pseudocristianos: “que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar”
2 Co. 12:4. El rico de Lucas 19 se preocupó estando en el hades por su familia,
creía que si alguien volvía de los muertos y les testificaba, ellos se
arrepentirían; pero Abraham le respondió: “Si no oyen a Moisés y a los
profetas, tampoco se persuadirán aunque
alguno se levantare de los muertos”. Ir al cielo o al infierno y regresar
para testificar, no es el método de Dios.
Cuando alguien te diga:
“estuve en el cielo”, no le creas; y si te dice: “estuve en el infierno”,
respóndele: “ya casi lo conocerás sino te arrepientes de tus pecados”. Hebreos
9 es contundente: “Y de la manera que está establecido para los hombres que
mueran una sola vez, y después de esto el juicio”.
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