Después de las famosas
cruzadas, hacia el siglo XII se creó una fuerza militar, una mezcla
monje-soldado. A través de un ritual donde se imponía la espada y haciendo
votos de castidad y pobreza, era la forma como se ordenaban a los caballeros
templarios, conocidos también como los pobres caballeros de Cristo y del templo
de Salomón. Su objetivo fue proteger a los cristianos que peregrinaban a
Jerusalén después de su conquista.
Un documental narra cómo los
templarios se desviaron de su propósito original y se hicieron con el control
financiero de Europa, dominando todas las principales industrias; eran
sumamente ricos, parecían ser los amos del mundo. Finalmente tras la pérdida de
la Tierra Santa y la acusación de pisotear la sangre de Cristo, esta orden fue
erradicada. Algunos templarios fueron apresados, otros quemados, pero un
importante grupo sobrevivió como sociedades secretas con mucho dinero. Hoy en
día se cree que los “iluminati” son la versión moderna de los templarios, cuyo objetivo
es hacerse al control del mundo y sus recursos, dominando a sus habitantes (un
nuevo orden y gobierno único mundial).
Al mejor estilo de los
caballeros templarios encontramos a un seudo pastor imponiendo la espada de
Salomón y decretando no votos de pobreza sino de riqueza, ordenando apóstoles
por todo el mundo. Su conjuro es: “serán
un tsunami de bendición, desato sobre ti dice el Espíritu Santo mil veces la
unción que te entregue cuando te llame al ministerio, todo se te multiplicará
por mil… y aún los que te clavaron un
puñal vendrán a besar tus pies”.
Se cree que uno de cada
cinco pastores cristianos se ha declarado o los han proclamado como apóstolos
del Señor. El pastor mexicano Jesús Olivares llama a este fenómeno “apostolitis
aguda”, nosotros llamaremos a esta enfermedad “fiebre apostólica”. En la
actualidad encontramos apóstoles financieros, apóstoles de la prosperidad,
apóstoles de sanidades y apóstoles con jet privado.
Apóstol según el diccionario
galeón proviene del griego «apostelo», que significa «enviar en pos de sí» o
«de parte de», se aplica más comúnmente a las personas que fueron enviadas en
comisión por el mismo Salvador. Para Strong es oficialmente un comisionado de
Cristo con poderes milagrosos.
El pastor Macarthur da seis
razones por las cuales el oficio apostólico no es para hoy: 1) La iglesia fue fundada sobre los
apóstoles: “edificados sobre el fundamento de los
apóstoles y profetas…” Ef. 2:20. 2) Los apóstoles fueron testigos de la resurrección: “… sea hecho
testigo con nosotros, de su resurrección” Hch. 1:22 3) Los apóstoles fueron escogidos personalmente por Jesucristo:
“Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el
Padre que lo resucitó de los muertos)” Gá. 1:1. 4) Los apóstoles fueron validados por señales milagrosas “sacaban
los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar
Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos” Hch. 5:15. 5) Los apóstoles tenían absoluta
autoridad: “Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes
fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo” Jud. 17. 6) Los apóstoles tienen un lugar de
honor único y eterno: “Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre
ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.” Ap. 21:14.
Según John Eckhardt deberíamos
incluir como apóstoles a Matías, Bernabe, Pablo, Silas, Apolos, Junias,
Santiago, Judas, Epafrodito, Tito y Timoteo. Pero este seudo apóstol no
comprende que es distinto ser apóstol de
Jesucristo por la voluntad de Dios y otra ser un mensajero de la iglesia 2 Co.
8:23. De la lista solo Pablo debe ser agregado como reemplazo de Judas
Iscariote “¿No soy apóstol?... ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro?” 1Co.
1:9.
El pastor Steve Lawson recomienda:
“si alguien te dice que es apóstol o
profeta tienes que huir porque no son enviados por Dios”. Cuidado, la fiebre
apostólica es contagiosa y los síntomas dan como resultado final a pastores
convertidos en apóstoles templarios “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros
fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo.” 2Co. 11:13.
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