Fue en el año 2011 cuando
los medios de comunicación reportaron que en Honduras, una joven de 17 años se
suicido por estar enamorada supuestamente de un pastor. Un año más tarde se
conocía la noticia en Colombia que un supuesto pastor mantenía relaciones
sexuales con sus feligreses. Estos dos casos son la muestra de cómo hasta qué
punto se puede llegar a idolatrar a un pastor. Ya sea por su influencia, poder,
carisma, dinero o cualquier otro motivo, muchos pastores han sido elevados a un
trono el cual es adorado por sus fieles.
Un fan es un seguidor,
admirador, o un fanático que siente placer por alguien. En el mundo es fácil
conseguir fans de cantantes, artistas, futbolistas, pero encontrar… ¿pastores
con fans? Pues si los hay. A dichos pastores se les ve autografiando sus
libros, cds y camisetas; muchos permiten que les hagan largas filas para
tomarse una foto con ellos; otros tienen su propio club de fans y millones de
seguidores por facebook. Es lamentable oír a estadios enteros coreando nombres
de hombres, como ocurre en shows evangelísticos. Si para muchos pastores la idolatría llueve en
los cantantes cristianos la idolatría no descampa. Lo triste es que según ellos,
todo es en el nombre de Jesús.
En toda la Biblia se nos
advierte ante el pecado más repetitivo de la humanidad: “Hijitos, guardaos de los ídolos…” 1 Jn. 5:21. Guardaos
significa alguien que custodia una guarnición, que hace vigilancia con cadenas.
La palabra idolatría proviene del griego “eidolon”
que significa imagen y “latris” que
significa adoración. De acuerdo al diccionario Vine el término hebreo
correspondiente a ídolo denota “vanidad” (Jer. 14:22); y fue precisamente lo
expresado por el apóstol Pablo en Hechos 14:15 cuando los nativos de Listra lo
llamaron dios: “…nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os
anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo…”.
El pastor Paul Washer tiene
una frase distintiva: “Si usted tiene alguna motivación en la vida cristiana
que no sea Jesucristo, usted es un idólatra”. El salmo 115 brinda las
características de los ídolos, pero inicia con la enseñanza de cuidarnos de tal
vez la peor forma de idolatría, la de darle la gloria a los seres humanos: “No
a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria…”.
Lamentablemente muchos se exaltan a ellos mismos y por consiguiente a su
denominación, desconociendo el consejo bíblico: “Porque no nos predicamos a
nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros
siervos por amor de Jesús” 2 Co. 4:5.
La idolatría muestra sus señales:
1) La foto de tu perfil en facebook
es la de tu pastor, cantante favorito o el logo de tu denominación. 2) En tu templo tienen un cuadro
gigantesco de los fundadores de dicha denominación. 3) A tus pastores a cada rato lo homenajean y condecoran. 4) Eres un coleccionista de todos los
afiches y cds de tus cantantes cristianos favoritos. 5) Toda tu doctrina la basas en los libros de tu pastor y no en la
Biblia. 6) Celebras los grammys y
reconocimientos que el mundo secular otorga a pastores y cantantes cristianos. 7) Te la pasas más tiempo en tu templo
que en tu casa. 8) Has cambiado la
lectura de la Biblia y la oración por consumir programas en canales aparentemente
cristianos. 9) Sueñas con que tu
pastor sea el próximo presidente de tu país. 10) El dinero que deberías aportar como sustento a tu familia lo
siembras en tu pastor.
Así que alerta… porque quizás
lenta y sigilosamente alguien está
ocupando el lugar de Dios, y sin darte cuenta te has convertido en… fans de tu
pastor… o peor aún ese alguien eres
tú.
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