lunes, 24 de marzo de 2014

CINCO MARIDOS HAS TENIDO



Fue Robert M´Cheyne quien dijo: “la marca de un hipócrita es ser cristiano en todas partes excepto en casa”. Algunas parejas aparentan un desborde de felicidad en la congregación mientras que en su casa el caos reina. No es sorpresa para nadie encontrar en iglesias evangélicas un paulatino crecimiento de disoluciones matrimoniales entre sus feligreses.

Se divorcian pastores, evangelistas, maestros, fundadores de iglesias, hijos de pastores, cantantes cristianos, asistentes, diáconos, etc. Muchos deberían ser descalificados de su oficio ministerial. La desunión conyugal se encuentra a la orden del día. La organización cristiana “Barna Research Group”  dedicada a realizar encuestas encontró que en estados unidos el 27% de los cristianos han tenido al menos un divorcio. Aunque las estadísticas mostraron que los evangélicos se divorcian menos que la población general, el dato no es alentador.

Las personas que haciéndose llamar cristianos, se han divorciado y vuelto a casar una o varias veces, necesitan con urgencia beber de la fuente con agua de vida eterna que Jesús ofreció a la mujer samaritana (Jn. 4:14). En otras palabras dichas personas no han nacido de nuevo, no son creyentes ni mucho menos cristianos. Jesús confrontó el pecado que había en la mujer samaritana cuando le pidió a ella que llamara a su marido. Ella necesitaba espiritualmente conversión y limpieza de pecado; Lo mismo que los samaritanos versión siglo XXI necesitan.

Partimos de la base que Dios aborrece el divorcio: “Porque yo detesto el divorcio - dice el Señor” Mal. 2:16. El divorcio es sinónimo de traición: “…y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud” Mal. 2:15. El matrimonio es un pacto que no puede ser roto por el hombre “…siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto” Mal. 2:14

En los tiempos de Jesús existían dos escuelas rabínicas con dos pensamientos opuestos respecto al repudio según Deuteronomio 24:1-4. El rabino Hillel interpretaba la frase “si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente” como cualquier cosa que no le complaciese al marido, por ejemplo sino le gustaba la comida que su mujer le preparaba podía divorciarse de ella. Caso contrario el rabino Shammai interpretaba la ley con rigidez y solo permitía el divorcio en caso de inmoralidad sexual por parte de la esposa.

En este ambiente Mateo 19 narra que algunos fariseos le preguntaron a Jesús acerca del tema. Jesús responde enseñando en qué consiste el matrimonio según las escrituras “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” Gn. 2:24; luego hace hincapié en la indisolubilidad del matrimonio “Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” Mt. 19:6, después aclara el pasaje de Deuteronomio 24 (el cual era malinterpretado por los fariseos) en donde no se sugiere el divorcio sino que se limita y regula el proceder después de un repudio.

Algunas versiones modernas han cambiado la palabra “fornicación” en Mateo 19:9 por “a menos que la esposa le haya sido infiel” (NTV); lo cual es un error porque admitiría divorcios en la actualidad; según el comentario bíblico Moody dicha palabra debe ser aplicada en su sentido usual, refiriéndola a la falta de castidad de la esposa durante el periodo del desposorio (ejemplos: las sospechas de José en Mateo 1 y Deuteronomio 22:20-21), entonces Cristo no admitió causal alguna para el divorcio.

Los discípulos si estaban entendiendo que Jesús cerró todas las puertas al divorcio a tal punto que ellos le dijeron: “Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse” Mt. 19:10. Por lo tanto al divorcio solo le queda una pequeña ventana y es cuando en la pareja uno de los dos no es creyente y es él quien solicita el divorcio: “Pero si el incrédulo se separa, sepárese” 1 Co. 15:5. Así pues, que si estas pensando en divorciarte o has tenido dos, tres, cuatro o cinco mujeres o maridos es hora de arrepentirte de tu pecado y amar a tu conyugue Ef. 5:21-33. 

1 comentario:

  1. A dios lo que es de dios y al césar lo que es del cesar. Diferencia entre la ley divina y la ley creada por el hombre y mujer.. Dispar entre el derecho natural y el derecho positivo. Importante respetar lo del género, ya que hoy en día la mujer también es persona con dignidad y no debe ser motivo de discriminación. Si el esposo es infiel hay similitud, falta de castidad del mismo. nótese el avance en el Efg. 5.21.33. Entonces lo que es para la una es para el otro. Lo importante es principio, valores y reglas, aunque las últimas son variables. lo mismo que moral, pero, esta dentro de los cánones correspondientes, pues todo extremo es vicioso. Respeto, solidaridad, ayuda, socorro, integración arm,oniosa de la pareja para tener la felicida material y espitirual. J. AMO

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