domingo, 14 de septiembre de 2014

¿PROFETAS O AGOREROS?



Para nadie fue un secreto la lesión en la rodilla que sufrió el futbolista Falcao y por lo tanto su ausencia del mundial de fútbol Brasil 2014. Lo que muchos no saben es que un falso apóstol de Miami oró a la distancia por el deportista, días antes de la cita orbital, su profecía fue: “ordeno ligamentos nuevos… 1, 2, 3 sano… declaró la gracia sin precedentes para este mundial”. Todos conocemos el final de esta historia, Falcao no participó en el mundial y la profecía fue una farsa. Tarjeta roja y expulsión para este falso profeta.

Las falsas profecías han estado servidas a la carta en la historia. Charles Rusell, fundador de los testigos de Jehová predijo dos veces fallidas la venida de Cristo en 1874 y en 1914. El fundador de los mormones Joseph Smith, clamaba ser un profeta de Dios, vaticinó en 1832 erróneamente que en no muchos días el sol se ocultaría y la luna estaría bañada en sangre. Elena de White fundadora de los adventistas, profetizó hace más de un siglo que Jerusalén nunca más sería levantada, pero sucedió lo contrario, hoy es una gran ciudad. Benny Hinn presagió incorrectamente para los años 90 la muerte de Fidel Castro y la destrucción de la comunidad homosexual de EEUU. Ni que hablar de las profecías de Nostradamus, las de los mayas y el fin del mundo o la transformación radioactiva que un loco puertoriqueño prometió para el 2012 a sus fieles y el ahora se encuentra muerto.

Se hacen llamar profetas de Dios, pero realmente son adivinadores, clarividentes, nigromantes,  brujos y hechiceros del Diablo. Han cambiado la Biblia por una bola de cristal. Con frases como: “tengo una palabra de Dios para ti”, mienten a las personas. En algunas partes les hablan al oído generalidades de la vida y los feligreses piensan que es la voz de Dios susurrándoles. Muchos acuden a ellos con el fin de saber  lo que Dios les deparará en el futuro. Lo que sí se puede augurar sin ser adivino es que saldrás de la supuesta iglesia con los bolsillos vacios. Te están estafando: “…hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová” Jer. 23:16.

Lo verdaderos profetas fueron portavoces de Dios, mensajeros que recibían mandamientos, revelaciones y profecías de parte de Él. Desde Moisés, pasando por Samuel y Elías, hasta Agabo en el nuevo testamento, todos ellos (La Biblia menciona más de 40) cumplieron una labor importante: “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas” Ef. 2:20; “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, es estos postreros días nos ha hablado por el Hijo…” Hebreos 1:1-2.

Segunda de Pedro nos exhorta, no buscar profetas que nos hablen, sino todo lo contrario a cuidarnos de los falsos profetas que van detrás de dinero “y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas…” 2P. 2:3.  Tengamos la Biblia como la palabra profética más segura a la cual debemos estar atentos como a una antorcha. Hoy en día la profecía son las palabras escritas en la Biblia, las cuales son para edificación, exhortación y consolación.


En el Antiguo testamento cuando un profeta anunciaba algo y no se cumplía moría apedreado, no había margen de error, si esto aplicará para nuestros días los linchamientos serían a diario. Cuidado puedes estar equivocado oyendo no a un profeta de Dios sino a un agorero del Diablo: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” 1. Jn. 4:1, el texto no dice pocos, dice muchos…

sábado, 2 de agosto de 2014

BAILARINES, SALTARINES y DANZARINES


Un trapo descuelga del techo y una mujer pende de él mientras una suave melodía de música cristiana suena. Cientos de escuelas de danza judía pululan en las iglesias. Personas en los templos brincan y corean al mejor estilo de las barras bravas de fútbol. Otros al compás de salsa y merengue dicen estar alabando a Dios mientras hacen gala de sus mejores pasos. Al ritmo de rock y electrónica abundan las coreografías juveniles. No pueden faltar las alabanzas reggaetoneras que producen sensuales movimientos de cadera. No falta ver sino la hora loca cristiana.

La algarabía, las danzas, los gritos de júbilo, la vueltica, el trencito, los saltos, las barras, los bailes y las coreografías, son el show del mundo que se ha enquistado como un cáncer en los grupos seudocristianos. La enseñanza postmoderna dice que si no contorneas el cuerpo y las manos no se menean acorde a la melodía, no se está adorando a Dios. Muchos piensan estar bailando por un sueño en medio de la alabanza y así recibir el premio ganador de parte de Dios.

Lo que significa la samba para Brasil, la cumbia para Colombia, la polca para Paraguay, el joropo para Venezuela o el torito para Costa Rica; significa también la danza hebrea como folklore para Israel. En la Biblia aparece 5 veces la raíz de la palabra bailar y 22 veces la de danzar. La danza fue motivo de alabar a Dios y ocurrió después de que los israelitas cruzaron el mar rojo. El baile fue usado como contraste a la tristeza, citado en el salmo que dice “has cambiado mi lamento en baile”. La danza celebró acontecimientos, por ejemplo en la victoria sobre Amon la hija de Jefté lo recibió con danzas lo cual tuvo un trágico desenlace. En una danza el rey David se desnudo delante de unas criadas. Las danzas también fueron usadas por los israelitas para adorar un becerro de oro. Además por medio de danzas la hija de Herodías sedujo a un rey.

Las danzas fueron expresiones espontaneas, emotivas, esporádicas y culturales en el antiguo testamento. Es curioso que ni en el tabernáculo ni en el lugar santo hubiera manifestaciones de danzas. Ya en la iglesia primitiva no hay reseña de este tipo de expresiones, no fue la danza una práctica común en las reuniones de los primeros discípulos. La danza no es un mandato bíblico para la iglesia de Cristo. Hasta hace un par de décadas empezaron a proliferar los grupos de danzas  y bailes en las iglesias, lo que por siglos nunca se vio.

Muchos están cargando el mismo juicio de Isaías 3 contra las hijas de Sion por estar… “haciendo son con los pies”; pero a los bailarines, saltarines y danzarines el consejo es: “basta ya de remolinear”. En Juan 4 encontramos la verdadera forma de adoración a Dios: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”. Una adoración donde presentamos nuestros cuerpos como sacrificio vivo santo y agradable a Dios. Una adoración decente y con orden. Una adoración que incluye el servicio a Dios. Una adoración donde solo Dios sea glorificado. Una adoración donde se canta con el entendimiento. Una adoración con salmos, himnos y canticos espirituales. Una adoración que incluya algunos instrumentos musicales. Una adoración que no depende del lugar, de las luces, del estilo, del ritmo, del animador o del santuario, sino una adoración al Padre de forma reverente,  a través de Jesucristo y con todo el corazón, porque Dios mira el corazón del hombre y no la cantidad de saltos y giros que des. Ah Por cierto, Jesús nunca danzó. 

miércoles, 2 de julio de 2014

PAZ, PAZ; Y NO HAY PAZ


La humanidad siempre ha estado en guerra y aproximadamente ha vivido unas 15000 de ellas; guerras de días, años, entre naciones, por regiones, mundiales, guerras civiles, frías, fronterizas, nucleares, árticas, navales, químicas, sucias, guerras de guerrillas y hasta guerras santas.

La Biblia narra decenas de batallas que libro el pueblo de Israel y que Dios mismo ordenó: “sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo…” Dt. 20:17; algunas de ellas han sido declaradas de por vida: “Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación” Ex. 17:16.

La paz es definida como la ausencia de guerra o violencia, es un nivel de tranquilidad personal o social; ha sido el discurso de diplomáticos, reyes, presidentes y políticos. La paz ha convertido a la paloma en su símbolo, ondear una bandera blanca es sinónimo de paz, algunos se saludan con paz: “shalom”, se dan un beso de paz y se despiden: “Id en paz”. Canciones, frases, poemas y premios nobel han sido dedicados a la paz, y muchos hasta escriben paz en sus manos y sus frentes.

La humanidad  se ha llenado de ofertas, tratados, treguas y diálogos de paz; pero, ¿Por qué tantos esfuerzos de paz no surten efecto? La Biblia nos ayuda a entender  el porqué: “Los cuales hablan paz con sus prójimos, pero la maldad está en su corazón” Sal. 28:3. Siempre que el corazón del hombre esté lleno de iniquidad, las guerras continuarán, los abortos, los homicidios y la maldad: “El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón” Jer. 17:1.

David Pack dice: “Los gobiernos de los hombres simplemente no funcionan. Nunca han tenido éxito en encontrar soluciones permanentes para problemas insolubles. No tienen las respuestas para las preguntas más importantes de la humanidad. No se le ha dado al hombre el poder entender el camino de la paz; y por lo tanto, de la abundancia, felicidad, salud y prosperidad. No en balde, los grandes pensadores, líderes, educadores y científicos han fracasado miserablemente en sus búsquedas por la paz en la tierra. Dios no le ha revelado todavía a la humanidad, por completo, la solución para las guerras interminables de los hombres”.

Solo Jesucristo puede traer paz auténtica, radicalmente opuesta a los acuerdos humanos: “Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar” Jn. 14:27. Los cristianos anunciamos el evangelio que trae paz verdadera y duradera, las buenas nuevas para salvación de Jesucristo, no ha si las ficticias promesas de paz por los hombres: “…cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas…” Ro. 10:15.

En un planeta lleno de gente pecaminosa, en ocasiones es necesaria la guerra para prevenir calamidades mayores. Cuando a Jesús le preguntaron por su regreso, él respondió: “Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación…”. Mt. 24:6-7. Será Jesucristo mismo quien por medio de una guerra (Armagedón) traiga por fin paz perdurable. Pensar en la solución de conflictos entre naciones por medio de hombres es ir en sintonía con el Anticristo y su plan de paz: “que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina…” 1 Ts. 5:3.

Los creyentes debemos ser pacificadores y orar por la paz, pero la que Dios trae a nuestras vidas y traerá al mundo entero,  más no por la que hombres diplomáticamente pretenden encontrar para resolver sus conflictos e intereses: “Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies” Ro. 16:20. Cuidado, en ocasiones la cura es peor que la enfermedad: “Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz” Jer. 6:14.

sábado, 17 de mayo de 2014

ARREPENTIMIENTO vs REMORDIMIENTO



Es común oír frases como: “te prometo que no lo vuelvo a hacer”, “esta es la última vez que te fallo”, “te juro que cambiare”. El remordimiento es un estado de culpabilidad interna que se produce por causa de haber cometido un error. El problema con el remordimiento es que este sentimiento de culpa es borrado por el tiempo pero los malos actos volverán a repetirse una y otra vez.

Arrepentimiento es una palabra de poco uso en las iglesias, casi nadie la quiere oír, a nadie le gusta, es fácil aconsejarla pero difícil aplicarla, es estremecedora y entristecedora. Una antigua definición dice que el arrepentimiento es dejar el pecado que he hecho antes y mostrar en un duelo sincero el no querer hacerlo más. Lamentablemente muchos quieren pedir perdón por sus pecados pero continuar en ellos.

Arrepentimiento en griego es “Metanoeo” y pude significar: pensar diferente, reconsiderar, estar consciente por el pecado, sentirse mal, enmendar con repugnancia los pecados pasados, cambio de mentalidad y conducta, lamento por el curso trazado, contristarse por el pecado y aborrecerlo, girar 180°. El arrepentimiento también debe ser relacionado con la palabra conversión, shuwb en hebreo que hace referencia a volverse, alejarse, gemir, lamentar, sentir pena por sus propios hechos, en otras palabras recapacitar.

Desde que existe el pecado hay la misma obligación de arrepentimiento del hombre, por toda la Biblia es anunciado:

-Jeremías: “no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho?”
-Jonàs: “y conviértase cada uno de su mal camino”
-Ezequiel: “apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones”
-Isaias: “deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus caminos”
-David: “confesaré mi maldad, y me contristaré por mi pecado”
-Joel: “rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios”
-Juan el Bautista: “arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”
-Cristo: “el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”
-Los discípulos: “Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen.”
-La gran comisión: “y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones”
-Pedro: “así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”
-Pablo: “testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios”
-Es el deseo del Señor: “no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”
-Es una ordenanza: “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”

Hasta el rico en el seól sabía del requisito llamado arrepentimiento: “él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán” Lc. 16:30.

El arrepentimiento es un regalo de Dios que por nosotros mismos no podemos producirlo: “A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados” Hch. 5:31. No puedes tener arrepentimiento que Dios no te lo de: “que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad” 2 Ti. 2:25. Por lo tanto la fe y el arrepentimiento son manifestaciones de un corazón que ha sido cambiado por Dios para brindar vida eterna: “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación” 2 Co. 7:10. El arrepentimiento siempre muestra frutos: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” Mt. 3:8.

Muchos definieron el arrepentimiento:

-Ironside: “ya no vivirá en esclavitud a las cosas que lo dominaban y controlaban en el pasado”
-R.A. Torrey: “el arrepentimiento es manifestado por el pecador volviéndose de su mal camino”
-John Rice: “el hombre que cree en Cristo se arrepiente y el hombre que se arrepiente cree en Cristo”
-Spurgeon: “vivir diferente de cómo era antes”
-Scofield: “darle la espalda a sus pecados”
-San Jones: “yo no lo voy hacer más”
-Moody: “si yo tengo un barco lleno de agujeros y solo tapo algunos de ellos, el barco todavía se hundirá, debemos desprendernos de todo pecado y dirigirnos a Dios”
-R. C. Sproul: “Este reconocimiento del pecado viene acompañado de una voluntad por hacer una restitución siempre que sea posible y una resolución de abandonar el pecado”.


El remordimiento te conduce con lágrimas pero en la misma dirección, el arrepentimiento me lleva a dar vuelta y caminar en sentido opuesto, es como un pasaje de ida sin regreso a tus transgresiones. ¿Aún navegas en el mar de tus pecados? Escapa de ellos. John rice en un sermón repitió 25 veces esta frase: “es simplemente virar o quemar”. El infierno estará lleno de remordimiento, el cielo de corazones arrepentidos. Jesús dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” Lc. 5:32; y si no te arrepientes sabrás tu destino eterno: “Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” Lc. 13:3, TODOS PERECERÉIS IGUALMENTE.

sábado, 19 de abril de 2014

UN TATUAJE DE CRISTO



Un tatuaje es una alteración al color de la piel, en la cual se elabora una figura o un texto con agujas que inyectan tinta debajo de la epidermis en la piel de una persona. Son conocidos desde épocas antiguas. En Egipto, en épocas bíblicas, eran las mujeres las que se tatuaban nombres de deidades protectores y mágicos. En 1991 se encontró en los Alpes austriacos una momia con 57 tatuajes en su espalda.

Los tatuajes son una moda que avanza con fuerza, ya sean dibujos de mariposas, ángeles, dragones, flores y hasta escudos de equipos de fútbol; algunos los consideran como sexys, a otros los hacen sentir bien y muchos creen que les da belleza a su cuerpo.

Lucky Diamond Rich es considerado el hombre más tatuado del mundo, en el 2006 ingresó al libro Guinness de los records por tener su cuerpo totalmente cubierto de tinta, incluyendo párpados, encías, y hasta dentro de sus orejas.

Marcos Matolo es un pastor que vive en Brasil. Desde niño fue fanático de la banda inglesa “Iron Maiden”, lo que lo llevó a hacerse 172 tatuajes relacionados con este grupo de rock pesado. Marcos cuenta acerca del cambio que Dios ha dado a su vida: “Yo soy una persona totalmente diferente de lo que yo era antes”. Ahora Marcos es fanático de Jesucristo. Una cosa es haberse tatuado el cuerpo antes por desconocimiento a la palabra de Dios y otra seguir haciéndolo después de conocer el evangelio.

Un famoso pastor y teólogo mexicano opina por televisión: “yo conozco muchos cristianos muy consagrados que van a estar con nosotros en el cielo, que traen un arete, que traen un tatuaje y yo no le encuentro ningún problema a eso”. Qué sorprendente, este pastor llama caer en legalismo al querer obedecer los mandamientos bíblicos. Otros pastores son permisivos porque sus propios hijos se han tatuado y sienten que han perdido toda autoridad con su iglesia.

La Biblia enseña en levítico 19 “No haréis sajaduras en vuestro cuerpo por un muerto, ni os haréis tatuajes; yo soy el Señor”. Hacerse cortes en el rostro, brazos y piernas por los muertos y además tatuarse el cuerpo eran prácticas paganas de idolatría egipcia; y seguramente los judíos habían adquirido dichas costumbres.

Hay quienes argumentan al pasaje de levítico que no se debe tomar literalmente o que eso fue un mandato ubicado en el antiguo testamento; a lo que respondemos: ¿Entonces dejamos que cada cual interprete la Biblia a su acomodo? Y ¿Permitiremos entonces que nuestros hijos decidan que parte quieren obedecer de la Biblia y que parte no?

Algunos creen que Apocalipsis 19 da carta abierta a los tatuajes, ya que allí dice que Jesús tendrá en su muslo un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”. En primer lugar Dicho nombre hace alusión a la soberanía de Cristo sobre todos los gobernadores y en segundo lugar es Jesús quien lo porta, no nosotros.

Finalmente, no es la voluntad de Dios tener un tatuaje de Cristo, es más bien que Cristo habite en nuestras vidas para tener salvación y vida eterna. Las personas no requieren de un tatuaje sino urgen de un sello: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria” Ef. 1:13-14.

lunes, 7 de abril de 2014

PASTORES CON FANS


Fue en el año 2011 cuando los medios de comunicación reportaron que en Honduras, una joven de 17 años se suicido por estar enamorada supuestamente de un pastor. Un año más tarde se conocía la noticia en Colombia que un supuesto pastor mantenía relaciones sexuales con sus feligreses. Estos dos casos son la muestra de cómo hasta qué punto se puede llegar a idolatrar a un pastor. Ya sea por su influencia, poder, carisma, dinero o cualquier otro motivo, muchos pastores han sido elevados a un trono el cual es adorado por sus fieles.

Un fan es un seguidor, admirador, o un fanático que siente placer por alguien. En el mundo es fácil conseguir fans de cantantes, artistas, futbolistas, pero encontrar… ¿pastores con fans? Pues si los hay. A dichos pastores se les ve autografiando sus libros, cds y camisetas; muchos permiten que les hagan largas filas para tomarse una foto con ellos; otros tienen su propio club de fans y millones de seguidores por facebook. Es lamentable oír a estadios enteros coreando nombres de hombres, como ocurre en shows evangelísticos.  Si para muchos pastores la idolatría llueve en los cantantes cristianos la idolatría no descampa. Lo triste es que según ellos, todo es en el nombre de Jesús.

En toda la Biblia se nos advierte ante el pecado más repetitivo de la humanidad: “Hijitos, guardaos de los ídolos…” 1 Jn. 5:21. Guardaos significa alguien que custodia una guarnición, que hace vigilancia con cadenas. La palabra idolatría proviene del griego “eidolon” que significa imagen y “latris” que significa adoración. De acuerdo al diccionario Vine el término hebreo correspondiente a ídolo denota “vanidad” (Jer. 14:22); y fue precisamente lo expresado por el apóstol Pablo en Hechos 14:15 cuando los nativos de Listra lo llamaron dios: “…nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo…”.

El pastor Paul Washer tiene una frase distintiva: “Si usted tiene alguna motivación en la vida cristiana que no sea Jesucristo, usted es un idólatra”. El salmo 115 brinda las características de los ídolos, pero inicia con la enseñanza de cuidarnos de tal vez la peor forma de idolatría, la de darle la gloria a los seres humanos: “No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria…”. Lamentablemente muchos se exaltan a ellos mismos y por consiguiente a su denominación, desconociendo el consejo bíblico: “Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús” 2 Co. 4:5.

La idolatría muestra sus señales: 1) La foto de tu perfil en facebook es la de tu pastor, cantante favorito o el logo de tu denominación. 2) En tu templo tienen un cuadro gigantesco de los fundadores de dicha denominación. 3) A tus pastores a cada rato lo homenajean y condecoran. 4) Eres un coleccionista de todos los afiches y cds de tus cantantes cristianos favoritos. 5) Toda tu doctrina la basas en los libros de tu pastor y no en la Biblia. 6) Celebras los grammys y reconocimientos que el mundo secular otorga a pastores y cantantes cristianos. 7) Te la pasas más tiempo en tu templo que en tu casa. 8) Has cambiado la lectura de la Biblia y la oración por consumir programas en canales aparentemente cristianos. 9) Sueñas con que tu pastor sea el próximo presidente de tu país. 10) El dinero que deberías aportar como sustento a tu familia lo siembras en tu pastor.

Así que alerta… porque quizás lenta y sigilosamente alguien está ocupando el lugar de Dios, y sin darte cuenta te has convertido en… fans de tu pastor… o peor aún ese alguien eres tú.

lunes, 24 de marzo de 2014

CINCO MARIDOS HAS TENIDO



Fue Robert M´Cheyne quien dijo: “la marca de un hipócrita es ser cristiano en todas partes excepto en casa”. Algunas parejas aparentan un desborde de felicidad en la congregación mientras que en su casa el caos reina. No es sorpresa para nadie encontrar en iglesias evangélicas un paulatino crecimiento de disoluciones matrimoniales entre sus feligreses.

Se divorcian pastores, evangelistas, maestros, fundadores de iglesias, hijos de pastores, cantantes cristianos, asistentes, diáconos, etc. Muchos deberían ser descalificados de su oficio ministerial. La desunión conyugal se encuentra a la orden del día. La organización cristiana “Barna Research Group”  dedicada a realizar encuestas encontró que en estados unidos el 27% de los cristianos han tenido al menos un divorcio. Aunque las estadísticas mostraron que los evangélicos se divorcian menos que la población general, el dato no es alentador.

Las personas que haciéndose llamar cristianos, se han divorciado y vuelto a casar una o varias veces, necesitan con urgencia beber de la fuente con agua de vida eterna que Jesús ofreció a la mujer samaritana (Jn. 4:14). En otras palabras dichas personas no han nacido de nuevo, no son creyentes ni mucho menos cristianos. Jesús confrontó el pecado que había en la mujer samaritana cuando le pidió a ella que llamara a su marido. Ella necesitaba espiritualmente conversión y limpieza de pecado; Lo mismo que los samaritanos versión siglo XXI necesitan.

Partimos de la base que Dios aborrece el divorcio: “Porque yo detesto el divorcio - dice el Señor” Mal. 2:16. El divorcio es sinónimo de traición: “…y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud” Mal. 2:15. El matrimonio es un pacto que no puede ser roto por el hombre “…siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto” Mal. 2:14

En los tiempos de Jesús existían dos escuelas rabínicas con dos pensamientos opuestos respecto al repudio según Deuteronomio 24:1-4. El rabino Hillel interpretaba la frase “si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente” como cualquier cosa que no le complaciese al marido, por ejemplo sino le gustaba la comida que su mujer le preparaba podía divorciarse de ella. Caso contrario el rabino Shammai interpretaba la ley con rigidez y solo permitía el divorcio en caso de inmoralidad sexual por parte de la esposa.

En este ambiente Mateo 19 narra que algunos fariseos le preguntaron a Jesús acerca del tema. Jesús responde enseñando en qué consiste el matrimonio según las escrituras “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” Gn. 2:24; luego hace hincapié en la indisolubilidad del matrimonio “Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” Mt. 19:6, después aclara el pasaje de Deuteronomio 24 (el cual era malinterpretado por los fariseos) en donde no se sugiere el divorcio sino que se limita y regula el proceder después de un repudio.

Algunas versiones modernas han cambiado la palabra “fornicación” en Mateo 19:9 por “a menos que la esposa le haya sido infiel” (NTV); lo cual es un error porque admitiría divorcios en la actualidad; según el comentario bíblico Moody dicha palabra debe ser aplicada en su sentido usual, refiriéndola a la falta de castidad de la esposa durante el periodo del desposorio (ejemplos: las sospechas de José en Mateo 1 y Deuteronomio 22:20-21), entonces Cristo no admitió causal alguna para el divorcio.

Los discípulos si estaban entendiendo que Jesús cerró todas las puertas al divorcio a tal punto que ellos le dijeron: “Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse” Mt. 19:10. Por lo tanto al divorcio solo le queda una pequeña ventana y es cuando en la pareja uno de los dos no es creyente y es él quien solicita el divorcio: “Pero si el incrédulo se separa, sepárese” 1 Co. 15:5. Así pues, que si estas pensando en divorciarte o has tenido dos, tres, cuatro o cinco mujeres o maridos es hora de arrepentirte de tu pecado y amar a tu conyugue Ef. 5:21-33.