miércoles, 21 de agosto de 2013

ESTA NOCHE VIENEN A PEDIRTE TU ALMA


La americana Hetty Green fue considerada en el siglo 19 como la mujer más rica del mundo. Poseía una fortuna de casi 100 millones de dólares. Con el único objetivo en su vida de acumular cada vez más dinero; fue inscrita  en el libro Guinness de los Récords como la mujer más avara y tacaña del mundo.

Hetty vivía en habitaciones de lúgubres pensiones; tenía un solo vestido que no lavaba por ahorrar jabón; se negó a pagar 150 dólares para ser operada de una hernia; acudía a comedores sociales para evitar el gasto en comida; a un hijo le amputaron una pierna debido a una gangrena que no fue atendida a tiempo por no pagar una consulta médica. Tras la muerte de Hetty Green por apoplejía y desnutrición (solo pesaba 25 kg); su hijo Edward recibió parte de la fortuna la cual despilfarro en fiestas, joyas, lujos y amantes.

Jesús un día narró tal vez una historia de la vida real: La heredad de un rico había producido mucho; después de acumular numerosos bienes edificó nuevos y más grandes graneros para guardar sus frutos; posteriormente colocó toda su confianza en las riquezas que ya poseía y entonces dijo a su alma: “Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate” Lc. 12:19; Lo que este rico insensato no se imaginaba era que esa noche vendrían a pedir su alma y todo lo que había provisto terminaría en otras manos. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Lc. 12:20. El rico insensato tenía tres premisas falsas acerca del dinero: el alma solo está satisfecha cuando hay abundancia de riquezas; los bienes materiales son eternos; creía que viviría para gozar de ellos. Estaba equivocado totalmente en sus apreciaciones.

No busques las riquezas instantáneas sino las recompensas eternas. Cristianismo es sinónimo de riquezas espirituales (Ef. 1:3). Las riquezas materiales deben ser sinónimo de personas generosas (Pr. 11:24). Un equilibrio bueno y perfecto se encuentra en los proverbios: “…No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios” Pr. 30:8-9.

Una noche oscura del año 1916 le sucedió a Hetty Green la cita inevitable que todos algún día tendremos; nuestra alma será requerida. Hetty al igual que el rico insensato no tomaron quizá consejo del Señor Jesucristo de ser ricos para con Dios: “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” Lc. 12:15.

Arrepiéntete del pecado de la avaricia porque no sabes si…
Esta noche vienen a pedirte tu alma. 

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