La americana Hetty Green fue considerada en el siglo 19 como la mujer más rica del mundo. Poseía una fortuna de casi 100 millones de dólares. Con el único objetivo en su vida de acumular cada vez más dinero; fue inscrita en el libro Guinness de los Récords como la mujer más avara y tacaña del mundo.
Hetty vivía en habitaciones
de lúgubres pensiones; tenía un solo vestido que no lavaba por ahorrar jabón;
se negó a pagar 150 dólares para ser operada de una hernia; acudía a comedores
sociales para evitar el gasto en comida; a un hijo le amputaron una pierna
debido a una gangrena que no fue atendida a tiempo por no pagar una consulta
médica. Tras la muerte de Hetty Green por apoplejía y desnutrición (solo pesaba
25 kg); su hijo Edward recibió parte de la fortuna la cual despilfarro en
fiestas, joyas, lujos y amantes.
Jesús un día narró tal vez
una historia de la vida real: La heredad de un rico había producido mucho;
después de acumular numerosos bienes edificó nuevos y más grandes graneros para
guardar sus frutos; posteriormente colocó toda su confianza en las riquezas que
ya poseía y entonces dijo a su alma: “Alma, muchos bienes tienes guardados para
muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate” Lc. 12:19; Lo que este rico
insensato no se imaginaba era que esa noche vendrían a pedir su alma y todo lo
que había provisto terminaría en otras manos. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que
has provisto, ¿de quién será? Lc. 12:20. El rico insensato tenía tres
premisas falsas acerca del dinero: el alma solo está satisfecha cuando hay
abundancia de riquezas; los bienes materiales son eternos; creía que viviría
para gozar de ellos. Estaba equivocado totalmente en sus apreciaciones.
No busques las riquezas
instantáneas sino las recompensas eternas. Cristianismo es sinónimo de riquezas
espirituales (Ef. 1:3). Las riquezas materiales deben ser sinónimo de personas
generosas (Pr. 11:24). Un equilibrio bueno y perfecto se encuentra en los
proverbios: “…No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario; No sea
que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte,
Y blasfeme el nombre de mi Dios” Pr. 30:8-9.
Una noche oscura del año
1916 le sucedió a Hetty Green la cita inevitable que todos algún día tendremos;
nuestra alma será requerida. Hetty al igual que el rico insensato no tomaron
quizá consejo del Señor Jesucristo de ser ricos para con Dios: “Y les dijo:
Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la
abundancia de los bienes que posee” Lc. 12:15.
Arrepiéntete del pecado de
la avaricia porque no sabes si…
Esta noche vienen a pedirte tu alma.
Esta noche vienen a pedirte tu alma.
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