miércoles, 11 de septiembre de 2013

¿SANIDAD INTERIOR O REGRESIONES DIABOLICAS?

Como si fuera una película de cine donde el terapeuta es el actor principal, el actor de reparto es el paciente y sus imaginaciones las escenas de amor, suspenso, terror y drama; llamaremos a este film “regresiones diabólicas”.

Por una suma de 100 dólares y una sesión de 2 horas el pionero de la hipnosis en Colombia le trata sus problemas de obesidad, tristeza, fobias, alcoholismo, miedos, complejos y otros; por medio de regresiones hipnóticas, ya sea en su niñez, cuando estuvo en el vientre de su madre o en vidas pasadas. Ellos no le garantizarán que  habrá 100% éxito en la regresión, pero yo si le garantizo que su bolsillo no verá la regresión de sus 100 dólares.

Muchas denominaciones evangélicas han adoptado estas prácticas y las han bautizado con los nombres de “sanidad interior”, “teoterapia” o “regresiones espirituales”; donde el énfasis es volver a la infancia o adolescencia para superar sus conflictos actuales; reunirlos en grupos y hacerles retiros o encuentros, ya sea en fincas o auditorios.

Como resultado de la mezcla entre el gnosticismo, ocultismo, ateísmo, espiritismo y la adivinación, fue concebida en la mente del psiquiatra ateo Carl Gustav Jung a principios del siglo XX la sanidad interior. Jung creía que los demonios eran producto de la imaginación del hombre,  que Dios era el inconsciente y que la solución a los problemas del hombre estaba en la visualización.

La sanidad interior apela infructuosamente a los recuerdos del  inconsciente como forma de restaurar el alma del ser humano;  pero solo la palabra de Dios consigue resultados garantizados: “…penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” He. 4:12. No es bíblico abrir el baúl de los recuerdos sabiendo que: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Jer. 17:9.

No miremos por el espejo retrovisor de nuestra vida: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas” Is. 43:18; miremos hacia adelante: “…pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante” Fil 3:13; confiando en lo que Dios prometió: “He aquí que yo hago cosa nueva…” Is. 43:19.

Esta película termina enseñándonos que Solo Dios brinda soberanamente sanidad (salvación) a los pecadores que se arrepienten y creen en el evangelio y no en uno falso como el de las regresiones (Gá.1:9), solo Dios forma nuevas criaturas (2 Co. 5:17); solo Dios cambia los corazones (Ez. 11:19), solo Dios regenera al pecador (Tit. 3:5).

“Añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados é iniquidades” He. 10:17.

THE END.

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