Sus 6 millones de seguidores
lo llaman “el mesías”, el hijo de Dios, el nombre sobre todo nombre. Apollo
Quiboloy en Filipinas ha establecido lo que él llama “el poder del reino”, el
cual incluye una explendorosa iglesia, mansiones, un jet, un helicóptero, 1
canal de TV, 17 estaciones de radio, 2 periodicos y un jardín con varias
hectáreas al que ha embellecido según él, hasta convertirlo en una réplica del
cielo.
En forma sigilosa y
cautivante muchas denominaciones evangelicas han sido seducidas al romance de:
“la teología del reino”; llamada también dominionismo, el reino ahora, el cielo
en la tierra, vivir en el reino o en inglés kingdom now.
La teología del reino
concibe la necesidad de tomar el control de todas las instituciones seculares y
gobiernos civiles. Su fin es establecer aquí y ahora el reino de Dios en la
tierra físicamente. En otras palabras es la restauración del paraíso perdido
por Adán y la recuperación del control de todo. Piensan que este es el énfasis
de la gran comisión y que Jesús no regresará hasta que la iglesia tome el
dominio del mundo usurpado por Satanás.
En el siglo II, el
laboratorio donde se inicia esta herejía fue en la mente de Ammonius Saccas,
quien difundía la unión entre todos los credos religiosos. Orígenes tomaría
luego la posta haciendo la fusión entre la Biblia y la filosofía, reemplazando
la hermeneútica por la alegoría y enseñando el postmileniarismo, doctrina que
enfatiza el poder de la iglesia sobre todo gobierno. Más adelante, Roma con sus
cruzadas cristianas también intentó tomar el control sobre la tierra.
Como una obsesión por
conquistar el mundo, muchos han dejado a un lado las enseñanzas de la Biblia:
1. Satanás le ofreció a Jesús los
reinos del mundo y la gloria de ellos, a lo cual el Señor le respondió: “…vete
Satanás…” Mt. 4:8-10
2. Debemos
Poner la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra Col. 3:1-2.
3. Nuestra ciudadanía está en los
cielos Fil. 3:20.
4. Romanos 14:17
dice: “porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y
gozo en el Espíritu Santo”.
5.
Nuestra herencia está los cielos 1P. 1:3-4.
6. La gran comisión es hacer discípulos Mt. 28.
7. La teología correcta es: “Así, pues,
cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi
discípulo” Lc. 14:33.
8. Jesús
prepara moradas en el cielo: “…para que donde yo estoy, vosotros también estéis”
Jn. 14:1-3.
9. Jesús sí regresará, y
la tierra será quemada 1P. 3:10.
10.
A todos los empleados de la teología del reino Jesús les responde: “Mi reino no
es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían
para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí” Jn.
18:36.
El fin no es traer el cielo
a la tierra sino que los pecadores vayan al cielo por medio de la predicación
del evangelio. Cuidado, porque sin darte cuenta puedes estar construyendo un
poderoso imperio familiar.
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