Charles Spurgeon dijo: “La
mentira más grande contada del Diablo fue que las iglesias pueden ganar almas
con el entretenimiento”. 150 años más tarde encontramos que esta frase es una
realidad. Las iglesias parecen centros recreacionales llenos de pasatiempos. La
gente salta al ritmo de reggaetón ó electrónica, cantan música cristiana sin
Cristo, lanzan balones gigantescos, se enloquecen con las luces, el humo y el
DJ. El apóstol Pablo exhorta a las iglesias carismáticas: “pero en la iglesia
prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento...”.
El famoso pastor Rick Warren
en su iglesia tiene sus estrategias: alabanza con música rock, nada de himnos
tradicionales, no hay servicio de oración, solo traducciones modernas de la
Biblia. El cantante ecuménico Jesús Adrian Romero considera que el mundo llama
música religiosa a las letras que tratan sobre el sacrificio de Cristo; por eso
sus letras dan a conocer el amor de Dios que es semejante al amor entre un
hombre y una mujer. A Rick y Adrian les decimos: "arrepentíos, y creed en el evangelio" Mr. 1:15.
Muchos cantantes
pseudocristianos han eliminado de sus canciones palabras como iglesia,
bautismo, santa cena, Dios, Cristo, Espíritu Santo, cruz, sangre de Cristo,
pecador, perdón, redención, gracia, vida eterna, arrebatamiento, etc. Otros
están obsesionados con ganarse un Grammy o salir en un reality. Con tal de
alcanzar la fama sus letras serán cada vez más seculares.
R. C. Sproul dijo: “si
quiero saber lo que la iglesia cree solo tengo que oír lo que canta”. Nos
cabría una pregunta: ¿Qué deben cantar los cristianos? En colosenses 3 se
encuentra la regla de oro para la alabanza y adoración cristiana: “…cantando
con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos
espirituales…”.
Es grato que muchos salmos
estén incluidos en las canciones de adoración a Dios. Los himnos antiguos
exaltan la majestad de la Trinidad; por ejemplo, en 1922 fue hallado el
fragmento de un himno cristiano del siglo III, del cual se han conservado las
siguientes palabras: "Todas las gloriosas criaturas de Dios no deberían
permanecer silenciosas y dejarse eclipsar por las radiantes estrellas... Las
aguas del arroyo que murmura deberían cantar las alabanzas de nuestro Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo". Apocalipsis 4 contiene un himno que
comenzó en la eternidad y no tendrá fin: “…y no cesaban día y noche de decir:
Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el
que ha de venir”.
Los cánticos espirituales
están sucumbiendo por culpa de las letras románticas y no bíblicas. Cuidado,
sin darte cuenta puedes estar cantando música cristiana sin Cristo.
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