Un periodista le pregunta a
un pastor que está obsesionado con la política: “me dicen que recita varios
pasajes de la Biblia de memoria, yo tengo aquí uno Juan 18:36 Respondió Jesús:
Mi reino no es de este mundo, ustedes los pastores creen que el reino de Dios
es de este mundo, ¿no hay un divorcio entre lo que predicaba Jesús y el papel
de los pastores de hoy, al meterse tanto en la política y pretender ir a los
gobiernos de la tierra?”. La respuesta fue timorata y esquiva, jamás explico el
texto bíblico.
¿Qué está ocurriendo en la
comunidad evangélica? Encontramos pastores que se han divorciado de la sana
doctrina, de la Biblia, del ministerio y hasta de sus esposas y se han vuelto a
casar; sus vidas han dado un viraje de 180°, algunos son políticos, otros
parecen empresarios o conferencistas motivacionales. Lo más crítico es que aún
siguen predicando y conduciendo a muchos al engaño.
Los pastores que su rumbo
está marcado por la política son ciegos espirituales, han convertido el pulpito
en una urna de votación. Muchos pastores no son candidatos políticos pero transforman
su iglesia en verdaderas sedes políticas, todo por prebendas, donaciones y por
alardear que tal político asiste a su iglesia. ¿Serán verdaderamente pastores?
La Biblia es la lámpara que
nos alumbra:
1) Nuestro llamado es orar
para que venga el reino de Dios, no para que nosotros lo plantemos: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad” Mt. 6:10.
2) Cristo no necesitará
intermediarios para gobernar el mundo: “hubo grandes voces en el cielo, que
decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo”
Ap. 11:15.
3) Las promesas de paz de
los políticos son efímeras y no eternas: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da”
Jn. 14:27.
4) Los pastores que son
guiados por ofrecimientos políticos han caído en avaricia: “Porque los que
quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y
dañosas” 1Ti. 6:9.
5) La iglesia no
está ni para formar partidos políticos ni para hacer alianzas con ellos: “No os
unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la
justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?... ¿O qué
parte el creyente con el incrédulo? Salid
de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,” 2Co. 6:14-17.
6) No podemos invertir las ofrendas de
los feligreses en campañas políticas: “Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es
de César, y a Dios lo que es de Dios.” Mt. 22:21
7) El mandato es orar y someterse a las autoridades superiores
nunca a tomar control de ellas: “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y
autoridades, que obedezcan” Tit. 3:1, “Exhorto ante todo, a que se hagan
rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;
por los reyes y por todos los que están en eminencia” 1Ti. 2:1-2
8) En la soberanía de Dios está la
decisión de quienes serán los gobernantes de cada país: “El muda los tiempos y las edades; quita
reyes, y pone reyes” Dn. 2:21.
Gracias a Dios por los pastores
fieles que solo predican a Cristo y no al político de turno, que no se han dejado enredar por la política: “Ninguno
que milita se enreda en los negocios de la vida” 2Ti. 2:4; lamentablemente otros
están con las manos levantadas al cielo pero de rodillas ante las ofertas políticas,
sirviendo a dos señores, que Dios tenga misericordia de ellos.
Un pastor en Colombia tiene
la siguiente frase: “Dios no nos mando a gobernar, controlar y dirigir el
gobierno de Satanás”. Charles Spurgeon le dijo a un príncipe: “Si Dios te ha
llamado a ser predicador del Evangelio, no te rebajes a ser rey de Inglaterra”.
¿Pastor, porque te rebajas?