miércoles, 24 de julio de 2013

FUENTES SIN AGUA

Cuando niño me enseñaron un coro y su letra todavía yace en mi corazón: “Domingo siento gozo, lunes continuará, el martes siento paz que nada me quitará, el miércoles y el jueves camino con Jesús, el viernes veo su gloria y el sábado su luz”. Lamentablemente algunas denominaciones me cambiaron el énfasis de los días en la canción y ahora la entonan así: “Domingos de sanidades, lunes de milagros financieros, martes de pactos, miércoles de sanidad interior, jueves de peregrinación a Jerusalén, viernes de talento y sábados de explosión”. ¿Qué les sucedió a las denominaciones?

Todo lo modificaron: A la predicación ahora se le llama conferencia, al templo mega auditorio, a las oraciones decretos, a las alabanzas conciertos, al atril pódium, al pastor “el ungido”, a la adoración sanidad interior y a las ofrendas pactos. Los himnos que antes se cantaban ahora más parecen canciones románticas en donde no se nombra a Jesucristo, a los miembros ya no se les dice hermanos sino campeones, los sermones son motivaciones psicológicas, las sillas fueron cambiadas por sofás para atraer la clientela, las luces y el humo lo importaron de las discotecas y el sonido de las minitekas. ¿Son verdaderas iglesias?

No. No lo son.  Más bien parecen clubes, empresas, corporaciones, organizaciones o asociaciones. Las llaman iglesias contemporáneas, a veces emergentes. Estos grupos fueron concebidos en el corazón, en los sueños y en la ambición de personas pero jamás en la voluntad de Dios. Algunas personas piensan que son la iglesia de Cristo por lo esplendorosas y gigantescas. Pero nunca el tamaño de un ministerio será la prueba de que sea un portador de la verdad. Fue Charles Spurgeon quien aconsejó: “Preocúpate más por un grano de fe que por una tonelada de emociones”. Son precisamente las emociones las que arrastran a las personas en busca de lo novedoso y espectacular. ¿Entonces en realidad que son estos grupos?

“Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre” 2 Pedro 2:17. La característica principal de una falsa denominación es la deshidratación espiritual de sus miembros. Una fuente sin agua solo trae consigo almas sedientas. Las nubes empujadas por la tormenta dejan a la tierra totalmente seca por falta de lluvia. Solo Jesús provee la hidratación que todo ser humano necesita para alcanzar la salvación: “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” Juan 4:14.

Por otra parte sí hay denominaciones bibliocéntricas con las siguientes características: reconocen que es Jesucristo quien edifica su iglesia: “…y sobre esta piedra edificaré mi iglesia…” Mateo 16:18. Siendo Cristo la cabeza: …crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, Efesios. 4:15. Dándole 4 características distintivas a la iglesia: gloriosa, sin mancha, sin arruga y santa (Efesios. 5:27). Con instrucciones claras: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones” Hechos 2:42. Con una predicación bíblica: “Pero tú habla lo que está acuerdo con la sana doctrina” Tito 2:1. Sumándole una liturgia bíblica: “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales…” Efesios. 5:19. Un verdadero organismo vivo: “LA IGLESIA DE JESUCRISTO”.

¿Tomarías agua de un vaso que se encuentra limpio por fuera y sucio por dentro? ¿Seguirás acudiendo a las fuentes sin agua?

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