Un peatón casual pasa por el
frente de un local en forma de iglesia y oye una histeria colectiva de risas,
carcajadas frenéticas y animales aullando; se imagina que ahí adentro se está
presentando un espectáculo de payasos o quizás un circo de animales; luego se
pregunta: ¿Cuánto valdrá la entrada al show?
Llamada el nuevo
pentecostés, borrachera espiritual, bendición de Toronto, “La risa santa” se ha
convertido en una corriente popular en congregaciones carismáticas; ya que la
consideran como un mover del Espíritu Santo que trae consigo sanidad interior,
bendiciones y poderes curativos.
Con un costoso traje y un
mensaje envolvente el obeso pastor sudafricano Rodney Howard Browne quien se
autoproclama “El cantinero de Dios”;
es a quien se le atribuye el inicio de este fenómeno. Cuenta Rodney que un día
le dijo a Dios: “o bajas tú a tocarme o yo iré allá arriba para tocarte a ti”;
fue en ese instante cuando recibió el toque de Dios y empezó a reír
incontrolablemente. Ahora imponiendo manos ha transmitido este trance de risa a
miles.
Pero la realidad de los
comienzos de esta práctica demoniaca de la carne son otros. Fueron los gurús de
la India quienes crearon el “Yoga de la risa” como una catarsis purificadora
para una mejor salud.
La risa santa no es una
manifestación del Espíritu de Dios; ya que no tiene sustento bíblico. Los
mandamientos para los cristianos relacionados al Espíritu Santo son: 1. Andemos en el Espíritu (Gá. 5:25) 2. No entristezcáis al Espíritu Santo
(Ef. 4:30) 3. No apaguéis al
Espíritu (1Ts. 5:19) 4. Orando en el
Espíritu Santo (Jud. 20) 5. Sed
llenos del Espíritu (Ef. 5:18). Es el fruto del Espíritu Santo el que me trae
verdadero gozo (Gá. 5:22-23) y alegría todos los días (Lc. 6:21, Sal. 126:2).
Una vida llena del Espíritu
de Dios se exteriorizará en su forma de hablar (Ef. 5:19), con agradecimiento a
Dios (Ef. 5:20), cuando hay sujeción en las esposas (Ef. 5:21), hay amor en los
esposos (Ef. 5:25), los hijos son
obedientes (Ef. 6:4a), los padres dan buena crianza (Ef. 6:4b), y los empleados
y patrones son correctos (Ef. 6:5,9); pero nunca se manifestará en personas que
brincan como perros, se arrastran como serpientes o aullan como lobos.
La risa santa es más bien
fuego extraño como el de Nadab y Abiú que Dios nunca mandó levantar (Lv.
10:1-2); es risa burlona como la que Sara tuvo cuando no creyó a la promesa de
Dios (Gn. 18:11-15), es también blasfemia: “Pero éstos blasfeman de cuantas
cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como
animales irracionales” Jud 10. Cuidado, alerta que esas carcajadas en las
iglesias son falsas enseñanzas: “Pero el Espíritu dice claramente que en los
postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores
y a doctrinas de demonios”.